Mi
nombre es Diego Muñoz y soy de Chile. Licenciado en periodismo y
músico. Estudié
desde niño piano y guitarra y durante la adolescencia
participé
en varias bandas de rock, siempre creando temas propios.
A los 17 años
ingresé a la Escuela Moderna de Música para formarme
como guitarrista
de sesión. Al tercer año decidí retirarme y seguir
mis
propios pulsos artísticos,
me gustaba mucho la guitarra pero con ella,
no podía
expresarme totalmente. Esta sensación se acabó cuando tuve
el Stick en mis
manos hace tan solo 3 años atrás.
La primera vez que
vi un Stick fue en King Crimson, Tony Levin.
Una sensación
me recorrió todo el cuerpo, quedé hipnotizado, absorto.
Desde ese momento
supe que era stickista pero me demoré 13 años en
tener el mío,
en atreverme, quizás sentía temor de no poder tocarlo bien,
de que sólo
fuera una ilusión, un capricho para justificar mi vacío de
expresión
en el arte, o peor aún, no tener el don para tocarlo.
Como les contaba
soy de Chile y vivo en Rancagua. Una ciudad desierto
cultural, muy enfocada
en la extracción del cobre, sin aeropuerto, sin
universidades, hasta
hace muy poco sin siquiera teatro municipal.
Una ciudad consumida
por el consumo y la mentalidad materialista, muy
atrasada en desarrollo
humano. Aun así de los 7 stickistas que existen en
mi país,
somos 3 de esta pequeña ciudad. Esto es un fenómeno inexplicable
Uno de ellos es
mi colega Cristian Larrondo, junto a su banda Mar de Robles
Ellos trajeron hace
unos 10 años a Cabezas de Cera desde México a
Rancagua, una excelente
gestión. Estos conciertos fueron claves para ver
lo versátil
que es el Stick, para apreciarlo.
El 2012, ya decidido
y con el dinero ahorrado por fin, comencé a buscar a
Silvio Paredes para
que me ayudara a comprar mi Stick. Varias veces me
acerqué a
él después de sus tocatas, hasta que vio mi real interés
y me
ayudó. El
primer Stick que tuve en mis manos fue el suyo, un momento
inolvidable.
Actualmente tengo
una banda, un cuarteto con mis primos hermanos con
los que he tocado
desde siempre y acabamos de lanzar nuestro primer
EP, también
grabado por un primo, todo en familia. La banda se llama
“Él ÁTOMO”.
Tocamos rock progresivo, con algunos toques grunges y
djent y algunas
influencias de fusión etc.
El disco se llama
"Entre lo Humano y lo Divino" y es mi primer disco
profesional y mi
primera grabación y composición con Stick por cierto.
Soy el único
músico con GrandStick de 12 cuerdas en mi país, mis colegas
usan Chapman. No
he seguido ningún patrón de estudio ni métodos.
Me enfoqué
en la experimentación sin saber como se usa o toca realmente.
Creo que mi estilo
es bastante singular y eso es fruto de la reinvención a la
que me condujo este
sagrado instrumento. Sagrado digo porque siento que
es capaz de sanar,
de despertar, de conectarte con el más allá y el interior
más recóndito
de ti mismo.
En lo personal,
el stick me mostró el camino, le dió un sentido a mi vida,
a mi arte, y la
expresión más pura del alma.
Por esto digo es
un instrumento divino.
Quisiera agradecer
a mis amigos colegas Silvio Paredes, a Francisco
Rafart, tremendo
stickista, y a Tomas Días, otro colega de la ciudad con
el que estamos difundiendo
el stick, y en especial a Guillermo Cides por
sus consejos y apoyo,
y a Epakta por la excelente motivación de difundir
este instrumento
musical y por la invitación.
Diego Muñoz
Rancagua (Chile)
Nov 2015
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